“Podemos dar un producto hecho en Europa de gran valor y con un precio adecuado”

Entrevista a Javier López-Belmonte, vicepresidente y director financiero de Rovi.

Por Juan Marqués. El Economista.

Acaban de cerrar una ampliación de capital por valor de 80 millones de euros que ayudará a financiar el crecimiento de la compañía madrileña, la empresa farmacéutica con mayor implantación industrial en España. Aspira ahora a convertirse en una multinacional europea e invertirá 150 millones de euros en estos tres años en su tecnología e I+D para dar ese salto “transformacional” que le permita competir en nuevas áreas terapéuticas -como la psiquiatría y la oncología- con un potencial de ventas de miles de millones, sin olvidar que sus orígenes y su know how están en el negocio de las heparinas de bajo peso molecular, donde quieren liderar un mercado de 1.600 millones de euros solo en Europa.

¿Cómo ha recibido el mercado su reciente ampliación de capital? Creo que ha sido un gran éxito, hemos tenido una gran acogida de los actuales inversores y de nuevos inversores, tanto en el espectro sanitario como de inversor generalista, con una gran acogida en España y, sobre todo, en Estados Unidos y Londres como principales plazas financieras.

¿Qué recorrido tiene la acción en bolsa? ¿Cuáles son las claves para impulsar próximamente su cotización? Fundamentalmente tenemos un hito que está muy relacionado con el crecimiento orgánico de la compañía, que es nuestro I+D. Y en junio del año que viene, por esas fechas, presentamos los resultados de Fase III de risperidona, y eso es para nosotros un hito seguramente transformacional porque es un producto que estamos desarrollando tanto en Estados Unidos como en Europa. Si sale bien en esta fase iríamos al regulador a pedir la aprobación tanto en Estados Unidos como en Europa. Hasta esa fecha, el otro gran driver de crecimiento es nuestra franquicia de heparinas de bajo peso molecular donde hemos lanzado recientemente un biosimilar de enoxaparina en Europa e incluso con nuestras propias filiales. Y todo lo que es ir lanzando país por país será el driver tanto del comportamiento de la acción como de la compañía.

¿Buscarán otras vías de financiación para impulsar este crecimiento? Buscamos un fortalecimiento de la compañía para asegurarnos esa financiación en los próximos tres o cuatro años y acometer esta estrategia de convertir a Rovi en una multinacional europea y crecer ese valor en el medio y largo plazo. Para hacer esa estructura de capital más eficiente sí contamos con un pequeño endeudamiento financiero moderado que nos permita ser más eficientes.

¿A cuánto ascienden sus planes de inversión más inmediatos? Tenemos tres grandes usos de recursos. Por una parte, todo lo relacionado con nuestro I+D, que es nuestro principal hito, que es la plataforma ISM, desarrollada y patentada por Rovi, y lo que tratamos es transformar fármacos orales en inyectables de liberación prolongada. Vamos a gastarnos 150 millones de euros.

¿En qué plazos? Contando este año, en los próximos tres años. También contamos con el lanzamiento de este producto a nivel europeo. El 80 por ciento de esta cantidad de dinero es I+D y el otro 20 por ciento es para el lanzamiento del producto en Europa.

Nunca antes habían invertido más en I+D. ¿Hasta cuándo van a mantener este ritmo? Es un pico de I+D porque estamos finalizando este ensayo clínico en Fase III en Estados unidos y Europa. Para el historial de la compañía es extraordinario, porque el año pasado gastamos 29 millones. La previsión de este año es 33 y hace tres años fue de 12 millones. Esperamos que luego se modere, pero dependerá del pipeline de la compañía, que es muy rico.

¿De qué forma afectará a su cuenta de beneficios este año? Ya está afectando. Es algo que nuestros inversores y analistas conocen, porque esto es sembrar para el futuro. Queremos que en dos años se produzca un cambio de lo que conocemos de Rovi y que esa cuenta que se ve ahora ligeramente afectada pase a un crecimiento exponencial en el futuro o eso esperamos.

¿Repercutirá en el dividendo? Bueno, a corto plazo, como estamos en ampliación de capital, nos parecía coherente que el Consejo tomara la resolución de decir que, efectivamente, en el momento de repartir dividendos el año que viene, podríamos valorar si merece la pena o no repartir, lo que es importante es la estrategia de crecimiento.

¿Cómo prevén cerrar el año en ingresos? Tenemos una previsión de dígito medio, estamos muy confiados en cumplirlo y de hecho reportamos resultados el 6 de noviembre.

¿Qué supone la pérdida de la patente de la bemiparina en 2019? ¿Está preparado el laboratorio para compensar su efecto? Hay una pérdida de la primera de las patentes, seguimos teniendo otras, pero no nos preocupa demasiado porque el desarrollo de un biosimilar es muy caro y lleva muchísimo tiempo. No esperamos competencia de biosimilares de nuestro producto. Y ponemos el ejemplo de enoxaparina, el biosimilar que hemos sacado. Es un mercado en Europa de 1.000 millones de euros y de 1.600 millones a nivel mundial, y la patente de Sanofi venció en 2011. El primer biosimilar que ha salido ha sido a finales de 2017 y es un mercado de 1.600 millones. Nosotros vendemos 75-80 millones de euros y la patente es el año que viene.

¿Con qué ventas cerrará este año su biosimilar de enoxaparina y qué cifras esperan alcanzar para los próximos? Tenemos una previsión de 20-30 millones de euros para este año. Estamos muy confiados de que se cumplan. El producto se lanzó en Alemania en septiembre del año pasado, en marzo y abril de este año se ha lanzado en Italia y Reino Unido, y se acaba de lanzar en España y Francia en septiembre, con lo cual quedan todavía muchos lanzamientos y esperamos que haya un incremento importante de ventas en los próximos años. Estamos aprobados en 27 de los 28 países de la Unión Europea. También lanzaremos después en el resto del mundo. Ya hemos anunciado que tenemos acuerdos de distribución en 45 países, con compañías tan importantes como Sandoz en 14 países, y con Hikma, la empresa más importante de genéricos inyectables en Estados Unidos, que es una compañía jordana, y en esa área le hemos dado licencia para 17 países.

Han abierto filiales en su proceso de internacionalización, ¿con qué plan trabajan? El objetivo es la transformación de Rovi de una compañía que era potencialmente española a una compañía realmente europea. Para ese proceso hemos abierto en Alemania, Inglaterra, Italia, Francia y vamos a lanzar también en Polonia, más España y Portugal, cubrimos cerca del 80 por ciento del mercado europeo.

¿Dónde se está fabricando? Es un producto completamente español, donde no solo fabricamos el producto terminado, sino la materia prima, que se hace en Granada. Y el producto terminado se fabrica en Madrid.

¿Qué impacto está teniendo en el empleo? Es pronto para evaluar el impacto, pero la expectativa de la compañía, con un crecimiento muy alto de producto en el futuro, es que tanto en la planta de Granada como la de Madrid demos trabajo a entre 500 y 600 personas. Nos gusta siempre destacar que Rovi es posiblemente la empresa farmacéutica en España con mayor implantación industrial. Creemos que España es un país donde se puede fabricar medicamentos de una forma muy eficiente y competitiva. Parte de esa estrategia es integrar la cadena de valor de la fabricación que, junto con la distribución, hace que la compañía pueda ser muy competitiva. Con esta estructura de fabricación propia y venta directa, podemos dar un producto hecho en Europa de gran valor y con un precio adecuado.

¿Cuándo podría estar en el mercado su inyectable de risperidona? Calculamos que entraríamos a registro en 2019 y podría lanzarse a finales de 2020 o principios de 2021.

¿Qué potencial de ventas tiene este mercado de esquizofrenia? Solamente en la Unión Europea, de los cinco principales países, junto con Estados Unidos es de 8.300 millones de dólares y el mercado de nuestro fármaco son 4.200 millones. Quizás lo más interesante es que crece al 34 por ciento en Estados Unidos y al 15 por ciento en Europa, y la penetración de este tipo de inyectables sigue siendo baja, un 12,5 por ciento en Estados Unidos y un 20 por ciento en Europa. Hay un recorrido grande y pensamos que saldremos en un momento muy oportuno.

¿Y cuál es su principal ventaja competitiva? Hay diferentes fármacos en el mercado. Añadimos ventajas; sobre todo, hablamos de que queremos demostrar nuestro mecanismo de acción, es decir, que en muy corto plazo de tiempo demostramos que la enfermedad se controla. Mientras nuestros competidores lo demuestran en cuatro o 12 semanas, nosotros lo hacemos en un plazo de incluso cuatro días y de una forma medible.

¿Cómo están avanzando con la molécula de Letrozol cáncer de mama? Estamos viendo resultados espectaculares en Fase I. No estamos descubriendo un nuevo fármaco. Estamos cambiando el mecanismo de liberación porque entendemos que uno de los grandes problemas de la medicina actual es que el paciente no se toma la medicación y son medicamentos con efectos secundarios potentes. Creemos que es un gran avance y aquí sí estamos siendo pioneros.

¿Invertirán en potenciar sus plantas de fabricación? Aparte del ISM, tenemos dos grandes áreas de inversión. Todo el lanzamiento de enoxaparina, y en este proceso transformacional queremos acompañarlo con crecimiento inorgánico, creemos que tiene sentido acelerar todavía aún más el crecimiento con algunas adquisiciones pequeñas.

¿Qué tipo de empresas o de mercados estarían en el radar? Más incluso que empresas, que supone más complejidad, sería compra de activos de forma muy selectiva, sobre todo de productos que se puedan vender o que ya tengan ventas sobre todo a nivel europeo o español. Nada tampoco de gran valor, porque en nuestra industria los múltiplos son muy caros, ya que todo tiene mucho valor, pero sí creemos que podemos tener un cierto apalancamiento adicional.

Por cierto, ¿le asustan los planes fiscales del Gobierno? A nivel empresarial todo lo que sea subir impuestos no ayuda a la generación de riqueza y dentro de lo que han anunciado no creo en tasas mínimas ni máximas, creo que se tienen que ajustar a lo que aporta cada empresa a la sociedad. En nuestro caso, somos una empresa muy investigadora, con un gran valor añadido industrial, y no entiendo por qué tenemos que pagar un 15 por ciento y otras empresas que no tienen esa implantación en el país y valor añadido también. Sí aplaudo del acuerdo que se aumente la vocación investigadora del país, es lo positivo, pero no entiendo que eso vaya en contra, que te limiten, que no puedas utilizar el marco fiscal que ya está, porque te obliguen a pagar una cantidad mínima.