Diez voluntarios de Rovi se calzaron las botas de nieve y se lanzaron a la aventura del Campus de Esquí Adaptado en Sierra Nevada, de la mano de la Fundación También. Y no fue solo esquiar: fue compartir, aprender y vivir un fin de semana lleno de emoción (y un poco de agujetas, también).
Durante esos días, convivimos con los miembros de la fundación, acompañándoles en sus clases de esquí adaptado y aprendiendo con ellos y sus monitores. Algunos voluntarios incluso pudieron bajar las pistas junto a personas con movilidad reducida, que utilizan unas impresionantes sillas especiales para deslizarse por la nieve con una habilidad que dejó a más de uno boquiabierto.
Entre bajadas, risas y alguna que otra caída, se creó un ambiente único. Un fin de semana diferente, donde el frío no fue problema gracias al calor humano que se respiraba.
Gracias a la Fundación También por hacernos parte de esta experiencia tan especial. ¡Ya estamos contando los días para repetir!


